Pérdida de un embarazo
Perder un hijo durante el embarazo es una situación difícil de sobrellevar que puede tener ciertas repercusiones psicológicas y emocionales en los padres. Ningún padre está preparado para perder un embarazo, y mucho menos lo está la sociedad.
Pero cuando ocurre, el tabú y el silencio inundan los corazones. El dolor que se siente al perder un hijo es profundo y cuesta despedirse de alguien que no has podido conocer y en muchos casos, ni verle la carita, ni abrazarlo. La mayoría de las veces, la mujer se siente desamparada e incomprendida, frases de familiares y amigos del estilo “Ya tendrás otro, eres joven”, “mejor ahora y no cuando estés de más semanas”, son bien intencionadas pero no ayudan demasiado, más bien todo lo contrario, provocan que la madre se aísle, enmascare sus emociones negativas y ahogue su tristeza en una sonrisa, lo que dificultará su proceso de duelo y superación. La sociedad no está preparada para abordar situaciones de gran dolor emocional, es preferible pasar página lo más rápido posible. Lo que se desconoce es que a veces un abrazo, un hombro en el que llorar sin sentirse incómoda por estar triste tiene mayor poder terapéutico que decir algo que ahuyente el malestar porque no se sabe qué hacer o decir. La mujer necesita sentirse apoyada, acompañada y poder hablar de lo ocurrido para procesar su dolor y tristeza, no hace falta decir nada, tan solo estar ahí, y permitirle expresar lo que siente.
En ocasiones el hombre también puede sentirse abrumado y superado por el dolor propio y el de la pareja, y si le sumamos la dificultad de la sociedad de hablar de los sentimientos negativos y del aborto, puede que llegue a menospreciar su dolor y no quiera compartirlo con nadie. Es verdad que no lo experimenta igual que la mujer, ni tiene las mismas implicaciones físicas y hormonales, pero no significa que no esté sufriendo a escondidas. Lo que puede ser fuente de malentendidos entre la pareja, y la mujer puede no sentirse acompañada y apoyada.
Es importante que la pareja pueda hablar y comprender el dolor de cada uno, entender que el otro también sufre y que a veces no se sabe qué hacer ni cómo para ayudar para estar mejor. La pérdida de un hijo implica una “crisis” y un proceso de duelo que debe elaborar la pareja para superar la pérdida y poder hacer frente a un nuevo embarazo. En ciertos casos, el apoyo psicológico puede ser de gran ayuda para procesar el duelo y el cambio, pero no se debe olvidar que....
Se necesita tiempo, tiempo para aceptar y digerir, tiempo para llorar lo que haga falta, tiempo para hablar de lo ocurrido para procesarlo, tiempo para compartir lo que se siente, y realizar rituales de despedida del bebé, otorgarle un lugar y la importancia que se merece, porque ese bebé siempre tendrá un lugar en el corazón de sus padres.